Un "encuentro" con San Josemaría (San José, Costa Rica)

Encuentro de un padre de familia necesitado de ayuda con el entonces Beato Josemaría.

Hace un poco más de 20 años, mis hermanos y yo éramos muy jóvenes aun. En esa época fue cuando mi padre, Francisco Quesada, perdió su trabajo. Él se desempeñaba en ese entonces como soldador. Abatido por la situación pero muy confiado en Dios un día salió en busca de trabajo, tenía ya varias entrevistas agendadas.

Al ir en el autobús hacia la ciudad de San José (Costa Rica) una persona —no sabemos quién fue— le comenzó a platicar… entre la plática sostenida, mi papá comentó su situación y que se dirigía en busca de un trabajo. El hombre le dio mucha fortaleza a mi padre pero aparte de eso, él le dio una estampita. ¡Sí! Una estampita de un hombre hasta en ese momento totalmente desconocido, esta estampita era del Beato Josemaría Escrivá de Balaguer. Nos contaba mi papá que en ese momento leyó su historia y pidió su intercesión para que le fuera bien en sus entrevistas y poder encontrar un trabajito digno y duradero para poder llevar sustento a nosotros, su familia.

Mi papá asistió a varias entrevistas… después de un día cansado pero con mucha fe regresó a la casa y colocó con mucha devoción, la estampita en una mesita junto a una pequeña vela, como si conociera de mucho tiempo aquella imagen.

Para sorpresa al día siguiente recibió una llamada de una empresa de panificación, donde le estaban ofreciendo un puesto de Mecánico Industrial y donde había estado el día anterior en una entrevista. Mi papá muy emocionado aceptó gustosamente ir nuevamente para conversar sobre la oferta y convencido que aquella oración a ese “entonces beato” tuvo que ver con ese trabajo, se dirigió a ella y volvió a encender una velita como signo de agradecimiento.

Mi papá comenzó a trabajar en esa empresa, y a pesar de que se vendió a extranjeros, de igual manera siguieron contando con el trabajo de mi papá por muchos años.

Así que por más de 20 años, la petición a aquel desconocido santo, pidiendo la intersección por un trabajo digno y duradero… se había hecho realidad y mi papá solo podía pensar y decir que ese regalo fue dado por Josemaría Escrivá de Balaguer, al cual veneraba todos los días, por tanto y con su pequeña velita encendida, a tal punto, que un día la estampita se volcó de la mesita en donde la tenía y se quemó, él corrió a rescatarla y no quiso cambiar aquella estampita, sino que buscó dos pedacitos de madera la pegó para evitar que se le quemara más. El día de hoy esa estampita sigue en la casa de mi madre con una humilde velita que sigue encendida sin cesar, a pesar de que mi papá tiene 2 años de haber fallecido.

Gracias a San Josemaría Escrivá de Balaguer por haber escuchado a mi papá y haberle permitido sacar a su familia adelante y mil gracias a mi papá por haber dejado esta maravillosa historia para contar y dar a conocer cada día a un gran Santo como lo es San Josemaría.

Este "encuentro" que tuvo su padre con San Josemaría lo escribió Cristina Quesada Calderón el pasado 04 de Junio del 2014.