La intercesión de don Alvaro: el favor de Catalina

Una madre, Kattia Garita de Hidalgo, narra el favor que pidió a Dios por intercesión de don Álvaro para que curara a su hija Catalina, niña que nació con problemas serios del corazón y los pulmones en San José, Costa Rica.

Catalina, junto a sus padres y su hermana mayor.

Catalina, una niña costarricense, nació el 14 mayo del 2002. Pesó 2,800 gramos. Fue bautizada el domingo 20 de mayo.

El lunes 21 se le realiza el tamizaje por su pediatra, como es costumbre. El médico la ausculta en términos generales pero al revisar sus latidos se detiene. Lo revisa de nuevo, escuchando el corazón por más de 10 minutos. Toma el teléfono y llama al Jefe de Cardiología del Hospital Nacional de Niños (HNN) por anomalías. En una nueva cita y luego de ultrasonido y exámenes los médicos encuentran serios problemas con los ventrículos y aurículas, entre ellos una arteria que va a los pulmones creando un "efecto esponja" obstaculizando el paso de la sangre. Se ponían en grave riesgo sus pulmones.

El médico comentó: si llega a los 6 meses con el peso adecuado intentaremos operar. Esta llamita se va a ir apagando poco a poco. ¡Prepárense! nos dijo. Nos preparamos pidiendo la intercesión de Don Álvaro. Empezamos a rezar para que aumentara de peso 100 gr por semana. A la segunda semana de estar pidiendo a Dios por su salud, en lugar de subir de peso, bajó. No se despertaba pues su corazón latía entre 120 y 150 por minuto. ¡Estaba fría y dormidita siempre! Pedí a mis amigas ayudarme con el rezo de las estampas de don Álvaro. ¡Todas ayudaban!

En agosto Catalina colapsa en casa, le da una crisis y se pone de color morado. Le doy respiración de boca a boca y ¡sale de esto! La siguiente semana igual. La siguiente semana, el jueves 22 no responde… La respiración no funcionaba. Luego de media hora reacciona pero su respiración no quedó bien. Al tomarle una muestra de sangre en el hospital, le da un infarto! La pasan a sala de shock y luego de varios intentos de los médicos, su corazón funciona con dificultad. Al lado afuera yo rezaba estampas a don Álvaro. Para ese día ya tenía una estampita con una reliquia de él. El médico vuelve a decir que ya la llamita se está apagando y queda sólo esperar.

Todo el tiempo en el Hospital Nacional de Niños no se le dejaba sola. Muchas amigas hicieron turnos en el día, lo mismo que varios familiares. Mi esposo y yo sólo estábamos en las noches con ella. Estas amigas y familiares nos permitían "descansar" en el día.

Desde la segunda semana de vida hasta el tercer mes cada vez que alguien preguntaba ¿cómo les puedo ayudar? le dábamos una estampa de don Álvaro y le decíamos que si la podía rezar una vez al día o más veces… En el Hospital repartíamos estampitas a las familias de todos los niños internados y Hojas informativas de San Josemaría. Se acababan con facilidad. Volvíamos con más y se terminaban. Había ocasión de hablar con las madres de los niños internados, motivados al conocer la vida de San Josemaría y don Álvaro.

El 27 de agosto los médicos solicitan permiso para operar y tratar de salvarla en una operación a corazón abierto. Firmamos el permiso confiando en Dios. Dijo el médico que por su infarto y su peso —en ese momento de 1,800 gramos— era difícil que resistiera la anestesia. Existía una alta probabilidad de que se la llevara al Cielo. Le dimos un beso en la frente y se fue a sala con el médico y su equipo. A las 5 PM sale Cata, ¡con vida! A cuidados intensivos de inmediato. Los dos primeros días fueron los más riesgosos! Pero sí, ¡don Álvaro ya la había sacado adelante de la operación.....!

Cata despierta el 28 y empieza a alimentarse sola. Era la primera vez que tomaba un chupón de 4 onzas de leche. El viernes 30 de agosto en la tarde su pulmón izquierdo colapsa. El médico dice que esto no se soluciona en ella. Es muy delicado. No lo pueden tratar porque está justo al lado la intervención del corazón y sólo queda esperar. Ahí ya agotada, le puse la estampa de don Álvaro en su espalda. Del lado izquierdo y le dije: Don Álvaro ahora te toca. ¡Ya no puedo más!

Pasa el fin de semana y el lunes a primera hora: ultrasonido, rayos x y un electrocardiograma. El médico de turno con enorme seriedad nos llevaba por todo lado a realizar estos exámenes... De repente el doctor le quita la vía, firma un documento y le da la salida a Cata. Sin medicinas, ¡sin más nada! ¿Qué pasa doctor? y nos responde: “la niña está bien, ya nada debe estar haciendo aquí, regresen a su casa” Cita en 15 días para quitarle los puntos. ¡Así fue!...

Cita cada año, luego cada dos y ahora con casi 12 años, ¡cita cada 3 años! Y no ha tenido ni una arritmia. Los efectos usuales de una operación como ésta: problemas para caminar por falta de oxigenación, de lenguaje...¡Nada!!! ¡Nunca le dio nada! Es una niña muy desenvuelta en la escuela y practica voleibol en un buen equipo!

Don Álvaro se lució. Hizo de las suyas en el cielo y nos permite disfrutar a Cata en completa salud! Actualmente Catalina es muy “amiga” de don Álvaro y ella ahora es quien reparte en la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles en Cartago las Hojas informativas de don Álvaro, como un gesto de agradecimiento para difundir su devoción.